Se que este título parece que no viene mucho a cuento en un blog de maternidad, pero está muy relacionado con el autocuidado. Sin la felicidad individual no es posible ser feliz como madre, en familia o en pareja. Y demasiado a menudo trasladamos esta responsabilidad a hombros ajenos.
Tu vida, tu responsabilidad
Además, es un tema recurrente en Instagram, donde muchas mamás (y también algunos papás) me escriben quejándose de cómo se ha visto afectada su vida en pareja tras el nacimiento de les hijes. La madurez afectiva necesaria para que el vínculo entre los padres no se tambaleé tras el nacimiento de les niñes debe ser, efectivamente, muy alta.
El caso es que se me hunde el alma y se me indigna el corazón cuando une de vosotres me escribe diciéndome que no está bien porque no es feliz con su pareja, y desplaza la responsabilidad de su propio equilibrio emocional y su estabilidad personal hacia la otra persona, esperando que esta cambie, que valore, que agradezca… y que recompense a cambio.
Lloro por dentro cuando conozco a una persona cuya felicidad depende de que otra persona, que no la merece, la ame. Sé que es difícil de aceptar, pero todo ese daño tiene un único responsable: une misme. Los demás nos tratan como nosotres les dejamos.
Cuando caes en la madriguera de la codependencia crees que cuidar de ti misme es egoísta, pero no hay nada más egoísta que trasladar la responsabilidad de tu felicidad a otra persona. Tampoco tú puedes hacer feliz a otra persona. Eso está por completo fuera de nuestro control. Las personas tienen que llegar ya siendo felices y teniendo vidas plenas a una relación.
Para mí amar es dar libertad a la otra persona para que sea ella misma, y si eso no es suficiente, hay que saber agradecer y soltar. Yo no quiero ser madre, secretaria, cocinera, psicóloga o educadora de mi pareja. Necesito de mi pareja que sea una persona capaz de cuidarse y hacerse feliz a si misma, capaz de presentarse a una relación con cosas que aportar como una vida plena, madurez afectiva y un desarrollo personal individual completo.
Poner tu felicidad y tu propio bienestar en manos ajenas no solo es injusto y egoísta, sino un signo de inmadurez e irresponsabilidad. Tu vida, tu responsabilidad.
Revisemos nuestro concepto del amor romántico porque los roles y estereotipos pueden llegar a ser autodestructivos. Si tu pareja no te aporta nada y la relación con ella te resta, y sabes que no es una mala etapa, sal de ahí YA. Permítete a ti misme estar bien sole, recuperar la sonrisa, dejar de perder tiempo (que es vida) y energía.
Decepciónate, enfócate y toma las riendas de tu futuro, que es solo tuyo y de nadie más. Asume, acepta, supera. ¡Quiérete, coño! Si no eres capaz de valorarte tú, ¿por qué se lo exiges a les demás?
La entrada Tu felicidad solo depende de ti y su base es la autoestima se publicó primero en Una Mamá Novata.