Érase dos veces es una colección que reinventa los clásicos cuentos de hadas de toda la vida, con el objetivo de romper con los roles preestablecidos y educar a lxs niñxs en valores como la igualdad de género o la diversidad.
Érase dos veces: La Sirenita y La Ratita Presumida
Como os conté hace tiempo, Belén y Pablo, los creativos de Cuatro Tuercas y creadores de la colección Érase Dos Veces, nos enviaron tooooooda la colección de libros publicados hasta la fecha y después de una primera reseña general, hemos ido reseñándolos poco a poco.
Seguro que ya conocéis la colección o habéis oído hablar sobre ella (si nos seguís a menudo seguro que sí, jejeje), pero para los que no os resumo: son cuentos coeducativos nacidos de la necesidad de romper los estereotipos (sobre todo de género) que nos encontramos en los clásicos de toda la vida.
Hoy os voy a enseñar dos de los cuentos de la colección que más nos han gustado en casa: La Sirenita y La ratita presumida. Nos parece que ambos defienden la diversidad y el valor de ser uno mismo y quererse a sí mismo tal y como es, así que los hemos englobado a ambos en el mismo post.
La Sirenita
La Sirenita comienza como el clásico de toda la vida: una linda sirenita vive feliz en el mar y es testigo de un naufragio. Rescata a un apuesto joven del barco, se gustan y a partir de ahí las cosas se complican…
Pero el comienzo es lo único que este cuento tiene en común con su precedesor, el cuento de hadas del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen. Si os tomáis un momento para leer su contraportada ya os podéis hacer una día de lo diferente que va a ser la historia a partir del momento del rescate…
Si os acordáis del clásico, la Sirenita y el chico guapo no podían estar juntos porque… Bueno, es evidente: una tenía cola de pez y el otro piernas humanas (lo cual es un gran obstáculo, para que nos vamos a engañar).
Pero a pesar de todo se gustaban y eso lleva a la heroína a buscar un remedio: acude a la bruja del mar (que en esta versión es más bien una hechicera sabia y de malvada no tiene nada) para ver qué se puede hacer al respecto.
Pero resulta que nuestra más moderna y revisada heroína no se siente a gusto con la idea de dejar de ser ella misma (y aquí está el gran cambio de la obra, ya que por primera vez no se sacrifica el personaje femenino)…
¡Resulta la pareja decide por consenso que sea el chico quien cambie su forma humana por la de tritón! Y aún así no os vayáis a pensar que todo fue un camino de rosas, no: los autores nos dejan muy claro que cambiar es difícil, dejarlo todo por una persona conlleva su sacrificio y que la adaptación es complicada… Pero con apoyo y los sentimientos adecuados, merece la pena hace el esfuerzo.
El acto de nuestros protagonistas conlleva muchos otros cambios y afecta a su entorno, ya que esta transformación revolucionaria supone el punto de partida para que las sirenas luchen por cambiar las arraigadas costumbres del reino oceánico, en el que comienzan a tener cada vez más voz y voto.
Como podéis comprobar, el desarrollo de la obra dista mucho del argumento original. Es un cuento 100% recomendable tanto para niñas como para niños, ya que enseña a las primeras que no siempre tienen porque ser ellas quienes se sacrifiquen y que, de hecho, no merece la pena hacerlo por alguien que no te quiere tal y como eres.
Más bien, lo necesario es inculcar el amor a uno mismo y a nuestra propia apariencia física en niñas y niños, de forma que nadie nos pueda crear inseguridades ni el deseo de cambiar por gustar a los demás o encajar mejor en su entorno.
Y también es un cuento necesario para los niños, a los que desde pequeñitos debemos educar en igualdad para corregir los desequilibrios socioculturales entre géneros.
La ratita divertida
La versión de Cuatro Tuercas de La ratita presumida es sencillamente maravillosa y alucinante porque tiene como trasfondo la lucha contra la homofobia.
Sé que muchos papás y mamás pensáis que este es no es un tema para niñxs, que no lo van a entender, que mejor posponerlo… Pero a veces resulta demasiado tarde y los prejuicios ya se han asentado en nosotros porque no hemos recibido una adecuada educación en el respeto a la diversidad desde pequeños. En mi opinión, en valores se educa desde el nacimiento. Es necesario para normalizar e inculcar respeto y tolerancia.
Bueno, este cuento también comienza como el clásico: la ratita se hace con un dinerito que invierte en comprarse un lacito para la coolita y esto provoca que toda una serie de personajes se fije en ella…
Son muchísimos los pretendientes que le salen y que acuden a su puerta para intentar convencerla de compartir su vida con ellos. Pero ninguno lo hace por los motivos adecuados…
La mayoría de las propuestas que recibe están basadas en clichés y supuestos machistas. Y la gran revelación de la obra llega al final, cuando lejos de dejarse llevar por los condicionamientos socioculturales o el qué dirán, la ratita presumida da un paso hacia delante para compartir su vida con una gatita. Con ella precisamente acaba formando una linda familia.
Me parece especialmente simbólica la elección de una gata para emparejar a la ratita, ya que históricamente siempre se ha dicho que son dos especies que actúan como el agua y el aceite y se llevan fatal… Y es que en los cuentos de Cuatro Tuercas ningún detalle, por pequeño que sea, se deja al azar…
El resto de la colección y otros títulos de Cuatro Tuercas
Si os han gustado estos cuentos, os dejo enlazados aquí abajo el resto de reseñas que hasta ahora hemos hecho de la colección:
Érase dos veces Blancanieves, una versión del cuento renovada e igualitaria
Érase dos veces… Una segunda oportunidad para los cuentos de siempre
Y esta es la nueva colección de Belén y Pablo, que como veréis también son coeducativos y transmiten valores necesarios:
“Ande yo valiente”, una nueva colección de cuentos para educar desde el respeto y en igualdad
La entrada Érase dos veces “La Sirenita” y “La ratita presumida”: cuentos que defienden la diversidad y el valor de ser uno mismo se publicó primero en Una Mamá Novata.