Leo va al barbero ganó el prestigioso Deutscher Spiele Preis al mejor juego infantil del año y fue uno de los tres nominados al Kinderspiel des Jahres 2016, el premio al mejor juego infantil en Alemania. La clave de su éxito es la educación en valores: los niños no compiten, sino que trabajan en equipo para alcanzar el objetivo del juego.
Leo va al barbero
Leo es el león protagonista de este poco convencional juego de mesa ambientado en la selva y al que se juega en equipo. Como todos los leones, tiene una larga melena, que empieza a crecer sin control así que tiene que ir a la barbería del mono Bubu para que le corten el pelo. Aunque se levanta temprano, Leo no puede evitar pararse a charlar con todos los animales que se encuentra por el camino.
Pero la barbería cierra a las 8 y si Leo se entretiene demasiado no llegará a tiempo y deberá recorrer todo el camino de nuevo. Tiene 5 días para alcanzar la meta, si los niños no consiguen que Leo se corte el pelo en este tiempo, la partida acabará. Si alcanzan el objetivo, ¡habrán ganado todos trabajando en equipo!
Leo va al barbero es un juego de mesa cooperativo publicado en España por Devir Iberia. Ha salido hace muy poquito tiempo a la venta y está orientado a niños a partir de los 6 años. Las partidas duran unos 30 minutos y pueden jugar de 2 a 5 jugadores. El creador del juego es Leo Colovini y las ilustraciones y el aspecto gráfico del juego son obra de Michael Menzel.
Contenido del juego
El juego contiene:
- 30 fichas de camino de doble cara: selva y animales o indicadores de camino.
- 20 cartas de movimiento que muestran a Leo andando o corriendo.
- 1 ficha de inicio (la cama de Leo).
- 1 ficha de destino (la barbería del mono Bubu).
- 1 puzzle de 5 piezas para ir montando la melena en la cabeza de Leo simulando así que le crece el pelo.
- 1 reloj despertador con una manecilla.
- 1 peón con la figura de Leo.
- Instrucciones sencillas e ilustradas, para que también los peques puedan entenderlas.
Todo el material del juego está fabricado en cartón grueso y resistente a excepción del peón, que está hecho de madera.
Objetivo del juego
El objetivo del juego es conseguir que Leo llegue a la barbería del mono Bubu antes de la hora de cierre (las 8 de la tarde). Como es un juego cooperativo, los jugadores deben aunar esfuerzos y trabajar en equipo para conseguirlo.
Tienen 5 días para lograrlo. Para ello tendrán que ir memorizando los animales o señales ocultos en el anverso de cada baldosa. Para ganar, deben conseguir que Leo llegue al barbero antes de que la manecilla del reloj de 5 vueltas completas.
Cómo se juega
Lo primero que debemos hacer es mezclar bien las fichas de camino poniéndolas boca abajo en el suelo. Después, montamos entre todos nuestro circuito de baldosas a lo largo de la mesa o el suelo, partiendo de la casilla de inicio (la cama de Leo) y terminando con la casilla final (el barbero Bubu).
Podemos hacerlo como queramos, siempre que no haya ramificaciones. Las baldosas deben mostrar en su cara superior las ilustraciones de la selva. Finalmente, colocamos la figura de Leo en el punto de partida.
Montamos también el reloj y colocamos las manecillas en las 8. Mezclamos bien las cartas de movimiento y repartimos todas ellas entre el número total de jugadores. ¡No podemos enseñar nuestras cartas ni ver las de los demás!
Por turnos y en sentido horario, los jugadores van sacando una carta cada uno (que pondrán boca arriba para que el resto la pueda ver) y harán avanzar a Leo tantas casillas como indique el número de la carta.
Levantamos la baldosa en la que cae Leo. Si la ficha de camino muestra un indicador o un animal cuyo color coincida con el de la carta de Leo, éste no se entretiene y la partida continúa.
Si, por el contrario, Leo cae en una baldosa en la que un animal muestra un color diferente al de la carta sacada por el jugador, nuestro dicharachero protagonista se entretiene conversando y el reloj avanzará tantas horas como el número que muestre la ficha del camino.
Si el reloj da la vuelta completa antes de que Leo consiga llegar a la barbería, éste deberá regresar a su cama y comenzará de nuevo el recorrido.
Entonces mezclaremos y repartiremos de nuevo todas las cartas de movimiento. Y, por supuesto, añadiremos una pieza de cabello al puzzle de la melena de Leo.
Y aquí viene un detalle que complica el juego: las baldosas vuelven a girarse ¡y los jugadores deberán memorizar lo que indicaba cada una para lograr cumplir su objetivo mejor y más rápido!
Tenemos 5 días para conseguir que Leo llegue a su destino (5 vueltas de reloj completas). Si no lo conseguimos y, en cambio, el puzzle de la melena de Leo se completa, habremos perdido.
Si, en cambio, Leo llega a su destino a tiempo, habremos conseguido el objetivo del juego juntos ¡y todos habremos ganado!
Nos gusta porque…
En casa somos súper fans de los juegos de mesa, de los que tenemos una pequeña colección. No es que yo tenga nada en contra de los videojuegos, pero… Venga ya, ¡estaréis conmigo en que los juegos de mesa ofrecen una experiencia de juego que no se puede igualar!
Somos un pelín frikis de los juegos de cartas y de tablero, lo confieso. Hasta el punto de tener juegos de mesa hasta para niños de 18 meses, para que os hagáis una idea…
Pero por eso, creedme si os digo que no es fácil conseguir encontrar a estas alturas uno que sea realmente nos parezca original y al que, además, se pueda jugar en familia. (Pero de verdad, no en plan “voy a dejar que el enano me gane y mientras me aburro como una ostra”).
Leo va al barbero es interesante y divertido tanto para los peques como para los adultos. Es sencillo (también pueden jugar los abuelitos), y nos encanta que esté basado en la colaboración entre jugadores. Nos parece que es uno de sus valores fundamentales ya que, habitualmente, se enseña a los niños desde muy chiquititos a competir para ganar. Es decir: sólo si ganas, eres el mejor.
No me entendáis mal: un poco de sana competición de vez en cuando tampoco viene mal. ¿Pero por qué no fomentar también otros valores? ¡El juego en equipo es una manera magnífica de enseñar a los más peques de la casa a cooperar en pos de un objetivo común!
Por otro lado, los peques también pueden practicar las cuentas numéricas y las horas jugando con Leo. Y desarrollar su memoria tratando de recordar en qué baldosas había qué colores cada vez que damos la vuelta a las fichas de camino.
¡Y es muy divertido tener un tiempo límite para conseguir el objetivo! Aquí el mayor reto, es aprender a colaborar y superarse a uno mismo.
Es un juego súper adecuado para los peques. Además, las ilustraciones son fantásticas y las reglas de juego están genialmente adaptadas a su nivel de comprensión.
Es un juego infantil muy polifacético, ya que con él los peques observan, comparan, memorizan, cuentan ¡e incluso montan puzzles!
También nos ha hecho mucha gracia encontrar en él pequeños detalles divertidos y curiosos que lo hacen muy diferente a otros juegos de mesa infantiles. Por ejemplo, elegir los turnos de los jugadores en función de la longitud de su cabello, para mantenerse fiel al contenido del juego. ¡Eso sí que es hilar muy fino!
Nuestra experiencia de uso…
Para empezar, yo os recomiendo jugar en el suelo porque al ser un juego de recorrido (por así decirlo) el área de juego se extiende bastante y de esta forma los peques acceden mejor a cualquiera de las partes del camino.
Hemos jugado a Leo con las niñas varias veces en casa (evidentemente, con 2 añitos, Diego es aún muy pequeño para entender las reglas de juego), y tanto ellas como nosotros nos lo hemos pasado en grande.
También han jugado ellas solas y con sus amigas, y en cada ocasión hemos disfrutado muchísimo viéndolas concentradas y divertidas aunando fuerzas y comunicándose entre sí como nunca frente a este curioso tablero de juego.
Incluso Ari, que ya es adolescente y últimamente prefiere salir a quedarse en casa, ha traído algunas tardes a varias amigas suyas para jugar con su hermana y las amigas de su hermana a Leo.
¿La novedad? Puede ser. Pero os aseguro que, como os imaginaréis, colaborando tan a menudo con tantas marcas como colaboramos, por casa pasa todo tipo de juego y cuando uno no les llama la atención… ¡Es relegado al fondo del armario casi de inmediato!
Nosotros somos súper partidarios de ofrecer a los enanos juegos de calidad para llenar sus horas de ocio. Es súper importante que los niños crezcan teniendo aficiones y manteniendo las ganas de jugar. Los juegos de mesa infantiles desarrollan el amor por los juegos de tablero. Una pasión sanísima para un niño, un adolescente y un adulto.
Los juegos de mesa, o así lo vemos nosotros al menos, nos ofrecen nexos de unión con nuestros hijos. Y al compartir en familia un hobby común pasamos tiempo de calidad con los niños. Y además ¡los juegos de mesa tiene multitud de beneficios para los peques!
Beneficios de los juegos de mesa para los niños
Los juegos de mesa son uno de los juguetes favoritos de los niños de todas las edades. Tienen muchos beneficios para los peques (el primero de todos ellos: les hace apagar la televisión). Además, con los juegos de mesa los peques pueden adquirir y desarrollar múltiples habilidades:
- Aprenden a resolver problemas, ya que durante el juego deben superar pruebas y obstáculos, lo que les prepara para solventar los problemas que aparecen en su vida diaria.
- Mejoran la memoria, el pensamiento lógico, estratégico y la agilidad mental. Todo lo cual está directamente relacionado con el coeficiente intelectual.
- Desarrollan la atención y la capacidad de concentración.
- Aprenden a valorar el esfuerzo, para conseguir sus objetivos.
- Les educan en normas, ya que deben respetan las reglas del juego.
- Aprenden a perder y a ganar y, lo que es aún más importante: aprenden de sus errores.
- Mejoran las habilidades sociales, ya que la gran mayoría de ellos están diseñados para jugar en grupos o en parejas, lo que permite hacer nuevos amigos o disfrutar de un rato muy divertido junto a nuestros seres más queridos.
- Practican y mejoran la comunicación.
- Jugando en familia, fortalecen los vínculos entre padres e hijos y entre hermanos.
- Algunos juegos de mesa, como Leo, también les enseñan valores y fomentan la cooperación y el trabajo en equipo al animar a los jugadores a colaborar entre ellos para ganar la partida.
Y, al margen de estos beneficios, pueden trasladarse de un lugar a otro con gran facilidad. Una gran ventaja ya que pueden llevarse a cualquier parte con total comodidad, ya que cuentan con tableros plegables y accesorios fáciles de transportar que permiten disfrutar del juego sea donde sea.
Devir, 32 años fomentando el juego de mesa de calidad
Seremos unos románticos, pero creemos que existe un público joven con espíritu crítico. Chicos y chicas que huyen de los circuitos convencionales de ocio y buscan algo más. Nos gusta creer que existen algunos adolescentes que prefieren asociarse y acercarse, con toda la inocencia de los quince años, a pedir una subvención al Ayuntamiento para crear un club de rol, en lugar de pasarse la tarde frente al televisor o la consola de videojuegos.
Devir Iberia es una empresa fundada en la pasión por el mundo de la fantasía y del juego. Su catálogo está lleno de juegos de mesa de calidad. Algunos de ellos ya son todo un clásico en las reuniones entre amigos. Sus siempre cuidadas ilustraciones, la originalidad de sus argumentos, los excelentes materiales y las reglas de juego inteligentes son algunas de las características que conforman su sello de identidad.
Los juegos de Devir son juegos para disfrutar, para desarrollar la imaginación, la creatividad y la inteligencia. Tal y como ellos mismos dicen:
Nuestra esperanza es que existen personas que buscan este nuevo formato de ocio. Lejos de lo que los americanos llaman el “mainstream”, que huyen del pensamiento único y prefieren una tarde con los amigos frente al juego de tablero de “El Señor de los Anillos” que unas horas de botellón en la calle.
Lo ponen fácil, la verdad, sus propuestas de entretenimiento se alejan de lo común, que son interesantes y poco convencionales. Esperamos de corazón que se dirijan cada vez más, con propuestas como ésta que hoy os hemos enseñado, al público más exigente y difícil de conquistar de todos: el de los pequeños jugadores.
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