Si eres de los que buscas juguetes que inunden su espacio de juegos de tus hijes de imaginación, juego libre, creatividad y estímulos… ¡Entonces perteneces al Slow Toys Movement!
Cuando los juguetes NO roban el protagonismo en el juego
Esta primavera he hecho una limpia de juguetes bestial en casa. Estamos sustituyendo los juguetes de plástico y los que necesitan pilas por materiales de madera y otros materiales naturales, que no resten protagonismo al niño durante sus horas de juego con todo un despliegue de efectos especiales (sonidos, luces, movimiento, etc.)
Esta es una de nuestras últimas adquisiciones: una preciosa grúa de madera de la tienda online de juguetes educativos La Vida en Peque, que nos llegó en primavera y con la que el niño no ha parado de jugar desde entonces.
La grúa es rotatoria y también tiene un gancho en que podemos poner lo que queramos (objetos de poco peso) para jugar con ella. Dispone asimismo de 2 ruedas de mecanismo manual que sirven para subir y bajar el gancho y para rotar el brazo giratorio de la grúa hacia la derecha y la izquierda.
Es un juguete de calidad, fabricado en madera y totalmente manipulativo que desarrolla la imaginación y las habilidades motrices de les peques (motricidad fina, coordinación ojo-mano) así como les enseña a comprender el principio de causa-efecto (si giro la rueda hacia un lado, el gancho sube; hacia la inversa, baja).
Puede combinarse con cualquier figura y coche de juguete que les niñes tengan en casa (tanto mejor si estos son también de madera), pero en la shop de La Vida en Peque podéis encontrar 3 vehículos de obras a juego: el camión volquete, la excavadora y la hormigonera. Todos tienen a su vez, elementos manipulativos y articulados con los que les peques pueden jugar.
Nosotros tenemos los 2 últimos y son geniales. Enseñan a les niñes cómo funcionan estos vehículos y tienen un tamaño perfecto para la grúa (tengo pensado hacer una segunda parte sobre los slow toys, así que me los reservo para ilustrarlo porque este post ya me va a quedar bastante largo de por sí…). ;P
De cualquier forma, os he dejado 2 párrafos más arriba los links a la shop para que podáis vichearlos a vuestro antojo.
El set al completo está fabricado casi prácticamente en madera (con algunos elementos en plástico para que les peques los puedan sumergir, jugar con tierra, etc.) y es un escenario genial para desarrollar el juego simbólico de les niñes, recrear escenarios e historias y crear minimundos (ciudades, carreteras, pueblos, zonas de obras…).
El conjunto al completo ha tenido un éxito bestial en casa, es un set precioso pintado en un llamativo color amarillo que no pasa desapercibido (lo cual siempre invita a les niñes a interactuar con el juguete). Nosotros lo tenemos en el salón y el peque juega un ratito con la grúa y los coches cada día.
He de decir que anteriormente mi hijo tenía otra grúa. Era enorme (más e un metro), muy llamativa, de plástico y con un sistema de radiocontrol con el que podía dirigirla a derecha e izquierda y mover su pinza arriba y abajo. ¿Y sabéis qué? Se aburría. ¿Por qué? Porque él no hacía nada más que apretar un botón.
Y este es el motivo por el que, en la actualidad, los padres y madres se sorprenden cuando sus hijes eligen jugar con la caja antes que con el juguete. Lógico. La caja puede ser todo aquello que elles quieran o necesiten, es un slow toy estupendo que solo necesita la imaginación de les niñes como única batería.
Slow Toys Movement
El movimiento Slow Toy está inspirado por el estilo de vida Slow Life (vivir sin prisas) y tiene como objetivo fomentar el uso de «juguetes reales», que son aquellos que fomentan la imaginación, el aprendizaje y el papel activo de les niñes en el juego.
Como consecuencia, y para realzar estos valores, los «juguetes lentos» comparten ciertas características: no usan pilas ni baterías, están fabricados en materiales nobles y naturales (catón, papel, madera, fieltro, corcho, metal, etc.) y son atemporales.
Esta última característica los convierte en todo un regalo generacional. ¿Qué padres hoy en día no han comprado alguna vez los modernos juguetes de hoy en día con los de su infancia y ha acabado concluyendo que los juguetes no son tan buenos ahora como cuando nosotres éramos niñes?
Que levante la mano quien no haya asistido con impotencia a la frustración de sus hijes cuando estrenan un flamante juguete nuevo que se rompe después de media hora de uso, o quien no haya legado a sus hijes al menos uno de sus juguetes de infancia. De esos que les abueles guardan en altillos, desvanes o trasteros, y que están tan intactos como cuando eran nuevos.
Los juguetes de madera son eternos, duran toda la vida, y pasan de hermanes mayores a pequeñes, de padres a hijes… Y así eternamente. Son mucho más artesanales y decorativos. Llaman mucho más la atención de les niñes, despiertan mucho más su interés y, lo que es aún más importante: favorecen mucho más su desarrollo.
Thierry Bourret, un distribuidor de juguetes francés, se dio cuenta de todo esto y decidió hacer algo al respecto. En 2011 fundó la distribuidora de «juguetes lentos» Asobi, e inició una campaña para cambiar la mentalidad de los consumidores de juguetes y de la industria en sí.
También creó los premios Slow Toy, que año tras año demuestran que los juguetes atemporales alejados de modas y licencias comerciales, atraen incluso a niñes criados en iPads y juegos en línea:
«Un juguete lento, como un juego de trenes, realmente dura toda la vida y puede transmitirse de generación en generación», dice Bourret. “Mi favorito era un scooter azul muy tradicional, hecho de metal. Tengo maravillosos recuerdos de jugar con él y de aventuras interminables. Todavía lo tengo y está en una condición fantástica, ahora se lo he pasado a mi hijo».
El movimiento defiende este tipo de juguetes, los cataloga según criterios de uso, temporalidad y fabricación y procura divulgarlos entre consumidores y mercado juguetero para que llegue al conocimiento de más consumidores y para que los padres reflexionen sobre el uso futuro y los criterios de selección de los materiales de juego de sus hijes y para que los fabricantes se planteen la tipología de productos que producen, invitándolos a reflexionar sobre sus tipos de juegos y materiales.
En la actualidad este movimiento está mayoritariamente arraigado en Reino Unido, pero cada vez son más las marcas y fabricantes que defienden sus valores y los divulgan por todo el mundo como Plan Toys, la catalana Grapat, Grimms, Haba, Egmont Toys, Djeco, Vilac, Janod (sí, las jugueteras francesas y alemanas nos sacan ventaja en esto, ya que nunca han dejado de fabricar juguetes de madera de factura artesanal) o Hape, la marca a la que pertenece nuestra nueva y atemporal grúa de madera; por citar solo algunas firmas.
Estas marcas (cuyos precios son ademas bastante asequibles si los comparáis con los «juguetes made in China» como el bungalow de la Barbie Malibú o los playsets de superhéroes o personajes televisivos), han conseguido abaratar sus costes de producción con el empleo de materiales locales. El abaratamiento de costes fomenta una mayor demanda, que favorece la bajada precios y consigue que estos juguetes sean accesibles a una mayor cantidad de familias.
Características de los Slow Toys
Los Slow Toys son siempre fieles a los siguientes criterios de selección:
- Deben encender la imaginación, inspirar la creatividad y dar a les niñes la libertad de desarrollarse a su propio ritmo.
- No deben requerir pilas ni baterías (aunque algunos juguetes STEM que se enmarcan dentro de esta categoría pueden funcionar, moverse o realizar determinadas funciones con fuentes de energía natural como el sol, el agua, etc.).
- En lugar de ello, son juguetes manipulativos. Les niñes han de interactuar con ellos con sus propias manos.
- No deben de estar fabricados en su mayor parte de plástico. De hecho, en su composición se da prioridad a los materiales naturales como la madera o la tela, dejando el uso de otros materiales para la construcción de aquellas piezas que, por su propia naturaleza, sean imposibles de fabricar de otra manera.
- Tienen estar fabricados con garantía y calidad.
- Deben de resistir el paso del tiempo. Se da especial importancia a su durabilidad, atemporalidad y posibilidad de adaptación a las etapas de crecimiento del niño.
- Deben tener un diseño atemporal, alejado de modas o de los personajes infantiles populares del momento. Son juguetes que mezclan modelos clásicos con un atractivo eterno. De hecho, muchos de ellos son de estilo vintage.
- Debe de tener valor lúdico en sí mismo, pero también una función educativa o de apoyo al desarrollo de les peques (favorecen el aprendizaje, las capacidades cognitivas y/o el desarrollo motriz de les pequeñes).
- Han de ser respetuosos con el medio ambiente (materiales reciclados o reciclables, pinturas «eco-friendly», minimizar la contaminación por producción y/o transporte, etc.)
- Debe de existir una buena relación calidad – precio, ya que el objetivo del movimiento no es crear juguetes exclusivos para élites, sino popularizar el uso de materiales de juego de calidad y hacerlos accesibles a todas las familias.
¿Conocíais este movimiento? ¿Os gustan este tipo de juguetes? A mí me encantan y trato de potenciar su uso, pero reconozco que es casi imposible no acabar compaginándolos con otros de plástico o que llevan algún pequeño componente eléctrico. ¡Aunque si podemos evitarlo, mejor!
Eso sí, en casa siempre procuramos que cumplan con la premisa de estimular la imaginación. Lógicamente, no podemos obviar la era en la que vivimos y a la que nuestres hijes tienen que adaptarse. Así que lo mejor es encontrar un equilibrio y disfrutar de las posibilidades que nos brinda cada juguete.
Pero, sin duda, basta observarles para darse cuenta del mucho partido que le pueden sacar les peques a un juguete sin pilas de madera que combina calidad, tradición y creatividad.
La entrada Motivos por los que los slow toys favorecen el desarrollo infantil (I) se publicó primero en Una Mamá Novata.